El miedo es mi compañero más fiel. Jamás me ha engañado para irse con otro»- Woody Allen.
El miedo está por todas partes, basta con mirar los noticieros para darnos cuenta cómo forma parte de nuestra vida.
Sentirlo es un “regalo” y sería una lástima “matar al mensajero”. El miedo es una señal intuitiva de alerta que emite nuestro cuerpo y un lenguaje que tenemos que aprender a escuchar. Como toda emoción, responder a ella tiene un beneficio, y no responder nos generará una deuda emocional.
Parafraseando a Fred Kofman, si dejo que el miedo pase de ser mi consejero a ser mi dueño, la historia será otra: me paralizaré o huiré.
¿Conoces a alguien que pudo tener coraje sin haber transitado el miedo?
Existen muchos miedos: miedo a crecer, miedo a cambiar, miedo a la inseguridad, miedo a la soledad, miedo al qué dirán, miedo al ridículo, miedo a ganar, miedo a perder, miedo al cambio.
Imagínate hasta qué punto podemos tener miedo al cambio que, aún ahogados por deudas, o trabajando en lo que no nos gusta, o inmersos en una relación tóxica permanecemos ahí “incómodamente cómodos”.
Mientras te digas a ti mismo “prefiero quedarme donde estoy antes de arriesgarme a un escenario que no conozco”, o pienses “no merezco llegar allá”, ten por seguro que te quedarás donde estás.
Para poder obtener resultados diferentes, debes animarte a hacer cosas diferentes. Y lo diferente nos causa incertidumbre o incomodidad. Se trata de actuar “a pesar del miedo” o mejor dicho “gracias al miedo”
¿Sabías que también existe el miedo al éxito?
Busqué en Wikipedia y encontré que “el miedo al éxito es una condición psicológica caracterizada porque el individuo, ante la posibilidad de alcanzar el éxito en un área determinada, realiza esfuerzos conscientes o no por arruinar dicha posibilidad”
Diciéndolo de modo más simple, en ocasiones no es el miedo al fracaso, sino el miedo al éxito lo que te detiene. El síndrome del impostor, a veces llamado síndrome del fraude, es un trastorno psicológico en el cual las personas exitosas son incapaces de asimilar sus logros.
Si te escuchas diciéndote que no estás preparado, o que no vas a poder estar a la altura, o que “no es el momento” lo más seguro es que cuando las cosas comiencen a funcionar, sabotearás tus propios proyectos: postergarás decisiones, iniciarás algo que nunca o terminarás hablando mucho pero sin concretar nada. Y al final, cuando las cosas no salen te consolarás falsamente tratando de convencerte o convencer a los demás que al menos lo intentaste.
Todos tenemos el derecho de ser exitosos. Para alcanzar el éxito necesitamos adquirir compromisos para mejorar nuestra vida, enfocarnos, tener metas claras y la firme intención de dar lo mejor de nosotros para lograr todo aquello a lo que aspiramos.
Revisando bibliografía encontré algunos mitos sobre las personas exitosas:
- Las personas exitosas no se equivocan. Equivocarnos forma parte de nuestro proceso de aprendizaje. La Programación Neurolingüística se fundamenta sobre algunas suposiciones, una de ellas es que “No existen los fracasos, solo existen resultados inesperados”. Cuentan que Thomas Alva Edison trabajo tres años buscando un filamento capaz de dar luz y soportar la fuerza de la energía que lo encendía. Su Proyecto parecía imposible, y le pedían que lo abandonara. Edison respondió “No he fracasado, he descubierto más de dos mil maneras distintas de no hacer este filamento”. Basta con leer la historia de emprendedores exitosos para saber que no les fue bien a la primera y aun así perseveraron.
- Si recibo ayuda no seré exitoso. El éxito muy pocas veces es producto de una sola persona, es importante pedir ayuda y colaboración, mentores y consejeros, reconociendo a quienes contribuyeron a mi éxito.
- Al exitoso todos lo quieren. Quizá rechacen tus propuestas varias veces, ello no implica que tu idea no sirve.
- Para ser exitoso hay que tener muchos estudios. Una persona puede ser exitosa independientemente de su formación académica. Mira Tony Robbins, uno de los coaches más exitosos del mundo, nunca estudió una carrera. El éxito tiene mucho más que ver con descubrir que queremos, definir metas, y actuar para que se hagan realidad.
- El éxito es una meta. ¡Ojo! .Se alcanza el éxito convirtiendo cada paso en una meta y cada meta en un paso. El camino y el obstáculo también es la meta.
4 pasos para atravesar el miedo:
Primer Paso: Confecciona una lista de todas las cosas que te causan miedo
El solo escribir tus pensamientos es sanador, varios de los miedos pueden disolverse en el acto mismo de escribirlos. Lee cada miedo con detenimiento preguntándote ¿Realmente esto me da miedo?
Segundo Paso: Define qué significa para ti «tener éxito»
Esto te orientará para saber qué hacer a continuación.
Tercer Paso: Identifica tus prioridades
Ten muy claro lo que en verdad te importa, así te será más fácil tomar acción para atender tus prioridades. No sea que pasen los años y te des cuenta que tu energía y tiempo fueron empleados para asuntos que en realidad no eran importantes.
Cuarto Paso: Elimina la creencia de que el dinero es malo
Si eres generoso y te gusta compartir, tener más dinero te permitirá dar más y contribuir a cualquier causa social o propósito de tu interés.
¿Qué te enseñaron sobre el éxito y el fracaso? Tal vez te dijeron que tus ideas no sirven, o que no es justo tener dinero cuando otros pasan hambre. Al identificar de dónde procede tu miedo reducirá automáticamente su poder.
Como dice Joe Vitale, quién vivió la pobreza extrema y hoy es millonario “Nuestros miedos ocultan tesoros”.
Preguntas para reflexión:
- ¿Que te impide hoy lograr lo que te propones?
- ¿De verdad quieres lograrlo?
- ¿Qué es lo peor que podría pasar si lo logras?
- ¿Qué harías si no tuvieras miedo?

Síguenos