Llegué al mundo del coaching en el 2012 luego de haber terminado un ciclo de vida laboral de 30 años.
Al transitar en el silencio que me produjo alejarme del bullicio del trabajo que demandó muchas horas de estar fuera de mi hogar, es que se acentuó el vacío que me dejó la muerte de mi esposo luego de 30 años de matrimonio.
En ese momento difícil de mi vida busqué la manera de salir de ese espacio de dolor e incertidumbre, logrando a través del coaching, la aceptación de lo que me sucedía y encontré el nuevo propósito de mi vida, dedicarme al coaching para acompañar a las personas y a las organizaciones a encontrar nuevas formas de ser y hacer para tener el resultado que buscan.
Es así que elegí caminar mi vida desde la responsabilidad incondicional. Con la respons(h)abilidad (habilidad de responder), no soy responsable (culpable) de lo que me pasa sino soy responsable frente a lo que me pasa. Ser responsable es ser protagonista, es ir por mi propósito, en armonía con mis relaciones y logrando mi serenidad interior.
Si me hubiera quedado en el mundo de la víctima seguiría quejándome de lo injusto que había sido la vida, y hubiera vivido en el resentimiento y en la resignación pensando que no había nada que podía hacer, con la infelicidad que eso me hubiera causado. En vez de eso busqué los aprendizajes que esas circunstancias me dejaron. Me pregunté para qué me sucedió esto en vez de por qué me pasó.
Si un problema nos afecta, aun cuando no lo hayamos ocasionado, siempre tenemos una respuesta frente a eso. La respons-(h)abilidad es fuente de poder e integridad. El poder de influir en una situación y la integridad de hacerlo de acuerdo con nuestros valores.
Me viene a la memoria los últimos huaycos que azotaron el país. Ante esa situación de dolor, no fuimos culpables de ello, pero si fuimos responsables de como actuamos ante esas circunstancias. ¿Qué aprendizajes sacamos de esa calamidad?. ¿Aprendimos a no derrochar el agua? ¿Aprendimos lo peligroso que es vivir en los cauces de los ríos? ¿Aprendimos a ser compasivos con los que perdieron todo?
Nuestra respons(h)abilidad es la expresión de nuestra voluntad, de nuestra libertad (libre albedrio).
Y la próxima vez que lleguemos tarde a algún lugar actuaremos como víctimas echándole la culpa al tráfico o actuaremos como líderes protagonistas saliendo con la debida antelación para cumplir nuestros compromisos. Con simples desafíos podemos comenzar a vivir con respons(h)abilidad.
Y desde esa libertad ¿eliges vivir cómo víctima sin capacidad de actuar o como líder protagonista tomando las riendas de tu vida? Tú tienes la respuesta.

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